A la sombra que había dejado sola antes
de cruzar la frontera, mi sombra que se quedó
escondida y sola en la oscuridad de la noche,
congelándose donde estaba, sin necesitar nunca una visa.
A mi sombra que ha estado esperando mi regreso,
sin hogar excepto cuando caminaba junto a ella
en la luz del verano.
A mi sombra que desea ir al colegio
con los niños de la mañana, pero no
cruza las puertas de las salas de clases.
A mi sombra que ya se ha enfriado, que ha estado
estornudando y tosiendo, sin que nadie le diga ¡Salud!
A mi sombra aplastada por autos y camionetas,
con el pecho atravesado por balas y metralla
cruzando sin alas el cielo,
mi sombra que nadie atiende,
sangrando sangre negra
a través de sus recuerdos
ahora y siempre.
Mosab Abu Toha - blog:descontexto.
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